COP25 ¿triunfo o fracaso? La COP25, celebrada en Madrid durante este mes de diciembre, arrancaba con un clima de entusiasmo y optimismo. Así lo aseguraba el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, durante la rueda de prensa que cerraba la primera jornada de la COP.
Sin embargo, apenas dos semanas después y al término de la Cumbre, el mismo Secretario General afirmaba estar “muy decepcionado con los resultados” de la misma.

¿Qué pasó para pasar del optimismo a la decepción en tan solo unos días?
Antes dar respuesta a esta pregunta, conviene conocer cuáles eran las principales expectativas de esta Cumbre del Clima.
¿QUÉ SE ESPERABA DE LA COP25?
En un año, en el que se espera que las temperaturas y la concentración de CO2 en la atmósfera alcancen nuevos altos históricos, la COP25 se ponía en marcha con la intención de resolver principalmente 2 aspectos fundamentales:
1. Incrementar la ambición política para reducir emisiones
Actualmente, todos los países que forman parte del Acuerdo de París han presentado unos Planes Nacionales (National Determined Contributions) que incluyen las acciones a llevar a cabo con el fin de alcanzar el objetivo de limitar el incremento de la temperatura media global a 2ºC, o menos, en 2030 (vs. niveles preindustriales).
Se estima que, en el supuesto de que se cumplan los Planes Nacionales (NDCs) de todos los países, la suma de todos ellos estaría llevando el incremento de la temperatura media del planeta a una cifra de entre 3 y 4ºC. Es decir, no es suficiente.
Existe, por tanto, una brecha importante entre lo que se debería hacer y lo que los Planes Nacionales proponen hacer. Es por este motivo que el incremento de la ambición política, plasmada en un rediseño de los Planes Nacionales, era un punto clave a conseguir durante la COP25.

2. Alcanzar un acuerdo sobre los mercados de carbono.
Un aspecto fundamental para reducir el nivel de emisiones globales, es la puesta en marcha de un mercado de carbono con reglas comunes para todas “Las Partes” (países que han ratificado el Acuerdo de París). Esta iniciativa se recoge en el artículo 6 del Acuerdo de París.
Los mercados de carbono permiten a países y empresas reducir su huella de carbono adquiriendo créditos que avalan la compensación de sus emisiones. Estos créditos son adquiridos a países que ponen en marcha proyectos de reducción de emisiones. Ayudándoles, así, a financiar su adaptación al cambio climático y favoreciendo la transición global hacia una economía baja en carbono.
LA GRAN DECEPCIÓN
La Cumbre del Clima se terminó alargando dos días más de lo previsto por la incapacidad de “Las Partes” de alcanzar los acuerdos esperados. Y, a pesar de que se alargaron varios días las negociaciones, estos acuerdos nunca llegaron.
Veo veo. ¿Qué ves? Empieza por “poca” y termina por “ambición”
La tímida ambición política quedó muy por debajo de lo esperado. De los casi 200 países que forman parte del Acuerdo de París, tan sólo la mitad mostraron un compromiso firme por revisar al alza sus Planes Nacionales en 2020, fecha límite para la presentación de los mismos. El conjunto de estos países representa apenas el 10% de las emisiones globales. Este compromiso quedó recogido bajo la denominada “Alianza de Ambición Climática”.
Los países con mayor producción de gases de efecto invernadero como EEUU, China, India, o Rusia, que suman más del 50% de las emisiones globales, continuaron mirando hacia otro lado sin dar señales de querer incrementar su compromiso.

El acuerdo sobre mercados de carbono que nunca llega
Este acuerdo ya tuvo que haberse alcanzado en la COP24 de Polonia, pero se aplazó a la COP25 por la imposibilidad de llegar a un acuerdo. Y de nuevo, ante la incapacidad de lograrlo en la Cumbre celebrada este año en Madrid, se volvió a posponer hasta la COP26 de Glasgow, en 2020.
Ésta ha sido una de las grandes decepciones de la COP25, ya que este punto es un aspecto que se considera fundamental para facilitar, y acelerar, la transición hacia una economía neutra en carbono.
May Boeve, Directora Ejecutiva de 350.org, dejó una interesante reflexión tras la Cumbre: “La COP25 ha sido un éxito para la industria de los recursos fósiles”.
NO TODO FUERON MALAS NOTICIAS
Durante la COP25 se alcanzaron algunos acuerdos auxiliares a los temas centrales de esta Cumbre. No por ello, sin embargo, estos acuerdos fueron de menor importancia.
- Las Partes lograron incorporar a los océanos en la acción climática. Éstos son esenciales para la lucha contra el cambio climático. Ya se trabaja para que las naciones incluyan acciones relativas a los océanos en sus Planes Nacionales.
- Se renovó el “Plan de Acción de Género (GAP)”, que busca integrar la perspectiva de género en la implementación del Acuerdo de París. ¿El objetivo? El empoderamiento de las mujeres en sus comunidades locales para luchar contra el cambio climático.
- Se renovó el “Mecanismo Internacional Warsaw”, que busca dar protección a los países más vulnerables frente a los impactos del cambio climático.
Además de estos acuerdos, hubo otros puntos destacados:
- El anuncio, por parte de la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, del “Pacto Verde Europeo”, así como la primera ley europea sobre Cambio Climático. El objetivo de la Unión Europea es claro: “ser el primer continente climáticamente neutro”.
- El lanzamiento de “La Meta regional para América Latina y el Caribe sobre Energías Renovables”, que tiene como objetivo incrementar, a un 70%, la participación de energía renovable en estas regiones, para 2030.
- El creciente apoyo del sector financiero. Por primera vez, la Cumbre del Clima reunió a un gran número de ministros y ejecutivos del sector, y se puso en marcha un primer plan de acción por parte de una coalición de países que representan el 30% del PIB mundial.
- La interiorización del 1.5ºC como objetivo a perseguir. Aunque el objetivo del Acuerdo de París establezca un incremento máximo de 2ºC, ya nadie habla de esta cifra. 1.5ºC es la cifra que está en boca de todos, tras el informe IPCC Special Report, publicado en 2018.
NOS VEMOS EN GLASGOW
La COP25 prometía acuerdos importantes, pero ha quedado relegada a ser una Cumbre de transición. Cabe destacar, al menos, el liderazgo que mostró España para acoger una cumbre que podría no haberse celebrado (debido a las protestas chilenas, lugar dónde estaba prevista la celebración de la COP25, y que obligó al país a cancelarla).
Por su parte, Glasgow ya se prepara para hospedar la COP26 en 2020, en la que se espera retomar los asuntos que no han quedado cerrados en Madrid.
Existe, además, una gran expectación por lo que ocurrirá con Estados Unidos, quién confirmó su retirada del Acuerdo de París el pasado mes de noviembre, haciéndose efectiva, la misma, en noviembre de 2020. Esto situaría a EEUU como un simple observador de la Cumbre de Glasgow, y no le comprometería a alcanzar ningún objetivo climático marcado en el Acuerdo de París.
Todavía queda mucho trabajo y mucho camino por recorrer. El tiempo, sin embargo, se está agotando.
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¡Nos vemos! 🙂